Sala Juntas

El consejero independiente en la empresa familiar

En este post voy a describir qué aporta y cuál es el rol o papel  del consejero independiente en la empresa familiar.

En primer lugar, cuando hablamos de consejero independiente ya estamos haciendo referencia al órgano de gobierno de una empresa. Por lo tanto, que haya un consejero independiente ya implica a priori una buena gobernanza en la empresa familiar, puesto que hablamos de un consejo de administración. Ahora bien, todos los que somos miembros de un consejo de administración sabemos que, el tener como órgano de gobierno un consejo de administración, no otorga automáticamente el atributo de buena gobernanza en una empresa, sino que lo que realmente hace que una empresa tenga un buen gobierno corporativo es lo que hace el consejo de administración y cómo lo hace. Y si además, añadimos la característica de empresa familiar, pues la ecuación se nos complica todavía más.

Como ya expliqué en el post anterior “ La creación de valor sostenible en la empresa familiar”, en una empresa familiar, donde propiedad y empresa están en manos de la familia, el Consejo de Administración es una estructura clave de gobierno, que está influenciado tanto en su composición como en su funcionamiento por la familia, el equipo gestor (o dirección de la empresa) y la propiedad. Y si además tenemos en cuenta los dos aspectos fundamentales para ejercer un buen gobierno, como son por un lado el doble papel de supervisor de la dirección y, a la vez, asesor y consejero de la empresa y de la familia y por otro lado, el asegurarse de que determinadas decisiones sean las adecuadas, pues entonces podemos ver como el consejero independiente es una pieza clave para ejercer un buen gobierno corporativo. 

Por lo tanto, un buen consejero independiente ayuda a la profesionalización de la empresa familiar y al mismo tiempo, es una pieza fundamental que impulsará a la empresa a conseguir el objetivo estratégico de creación de valor sostenible, es decir, no sólo tendrá en cuenta la rentabilidad económica de la empresa, si no que también impulsará la sostenibilidad medioambiental, social y de buen gobierno corporativo, como ya expliqué en el post anterior “La gobernanza o el gobierno sostenible en la empresa familiar”.

Es importante destacar que el consejero independiente debe velar por el interés de la empresa sin verse comprometido por sus relaciones con accionistas, ejecutivos o la propia familia. Esta posición de imparcialidad le permitirá participar en la toma de decisiones de forma objetiva y garantizar una actitud neutral en el Consejo. 

El buen gobierno corporativo indica que los consejeros independientes deben ser “profesionales de reconocido prestigio que no se encuentren vinculados al equipo ejecutivo o a los accionistas significativos y que reúnen las condiciones que aseguren su imparcialidad y objetividad de criterio”. Es decir, que no estén vinculados por intereses económicos o personales dentro de la empresa y que sean capaces de aportar una opinión imparcial y objetiva en el máximo órgano de gobierno.

La figura del consejero independiente puede ayudar además a evitar los conflictos de interés, es decir, al tratarse de consejeros que no tienen intereses particulares ni ninguna vinculación con la empresa, sus decisiones se basarán en conseguir el objetivo estratégico de la empresa, es decir, la creación de valor sostenible y por tanto, sus decisiones beneficiarán a la empresa y todos sus accionistas. 

Si a lo anterior le añadimos los avances que estamos viviendo en tecnología, medioambiente, igualdad, etc., se hace más relevante el buen funcionamiento del consejo para poder afrontar todos estos retos, y eso comienza con la estructura y composición del consejo de administración.

Desde mi punto de vista, los consejeros independientes son un activo imprescindible y más para una una empresa familiar y/o pyme.

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