En este post voy a comentar sobre la sostenibilidad medioambiental en la empresa familiar.
Desde mi punto de vista y por experiencia, aquellas empresas que incluyen en su plan estratégico el objetivo de sostenibilidad (tanto medioambiental como social), tienen más probabilidades de mejorar su imagen reputacional, consiguen atraer y retener a los mejores profesionales, y además, generan nuevas oportunidades de negocio.
La sostenibilidad es actualmente un imperativo tanto empresarial como de gestión, y aquellas empresas que no se adapten podrían encontrar dificultades a la hora de competir ante un nuevo entorno que se esfuerza por reducir las emisiones de carbono.
El objetivo estratégico de sostenibilidad en la empresa familiar debe ser capaz de anticipar y satisfacer las expectativas medioambientales, de lo contrario no será una ventaja competitiva.
Tenemos que tener en cuenta que a partir del año 2025, las empresas afectadas por la Ley 11/2018, es decir, las grandes empresas, en materia de información no financiera y diversidad tendrán que calcular obligatoriamente su huella de carbono y elaborar un plan de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. No obstante lo anterior, ya hay Comunidades Autónomas que sí requieren el cálculo de la huella de carbono a determinadas empresas de forma obligatoria. Estas comunidades son: Baleares, Andalucía, Navarra y la Comunidad Valenciana.
En el caso de algunas empresas familiares, especialmente en las de menor tamaño y que no cumplen los requisitos legales para implementar políticas de sostenibilidad medioambiental, cuando se plantean el objetivo de la sostenibilidad medioambiental aparecen las dudas respecto a la viabilidad económica en el corto plazo y los costes asociados. En estos casos, no hay que hablar de costes, sino de inversión y es importante analizar en cuanto tiempo se recupera la inversión inicial y cuál es su retorno o rentabilidad (financiera y no financiera).
Tengo ejemplos de empresas familiares de las descritas en el párrafo anterior que después de analizarlo, se han anticipado a la normativa mediomabiental. Estas empresas han invertido en paneles solares, han hecho cambios en su sistema de luces, han cambiado a vehículos eléctricos parte de su flota, se han ido adaptando a las nuevas tecnologías para reducir desperdicio y han aplicado políticas de circularidad, y todo ello, porque han entendido la importancia del objetivo de sostenibilidad y la ventaja competitiva que ello supone.
Estas empresas han entendido la relevancia comercial de demostrar el impacto de su huella de carbono y su plan para reducir las emisiones de CO2 , que a menudo marca la diferencia a la hora de atraer y fidelizar a clientes.